Estoy de vacaciones, saliendo poco, muy casera en lo de mis Viejos. Eso favorece en mis horas de ocio (todas) traer a mi memoria lindos momentos de mis vacaciones pasadas y de mi primer estadía en Dublín. Tuve la suerte de conocer casas de comidas hermosas en su ambientación, encantadora atención y con un nivel de gastronomía excelente. Uno de estos casos fue el de Nelly’s (12 South Circular Road, Dublín 8).

Lo que más recuerdo de este pequeño, acogedor y precioso lugar fue que venía de una noche – mi primer noche en Dublín – de muchas pintas e iba a desayunar, en horas un poco pasadas de un brunch. Recuerdo la única y larga mesa central de madera, las estanterías llenas de productos caseros y orgánicos en latitas de colores, en cajitas de madera, en botellas pequeñas, que servían de decoración y almacén (todo a la venta), el mostrador abarrotado, las pizarras donde se leía el menú, una señora con su hijo no mayor de 6 años en la barra desayunadora frente a la ventana, el sol que iluminaba, la amabilidad de quienes nos atendieron, el cocinero que salía de atrás con los platos fresquísimos y la impagable tranquilidad.

En el Menú hay para elegir pasteles y panes recién horneados, brownies, mermeladas de lo que se te ocurra, muchas sopas, comida orgánica en su mayoría, mucho cereal (avena, granola, girasol, etc.), sándwiches varios, jugos naturales, todo casero – preparado en el momento – todo fresco, todo rico.

Pedí un aromático, reconfortante y espléndido café con leche y un sándwich que era un gol de chilena de mitad de cancha, qué rico que estaba ese sándwich! Pan rozagante, igual los ingredientes que se respetaban entre sí – cada sabor se podía identificar- y condimentado en su punto justo. Un desayuno/almuerzo súper fresco y sano.

Amé este reducido y cálido espacio. Se merece 4 ½ Bracas. Tengo que agradecer a Michael quien me invitó y llevó allí. Voy a volver, definitivamente. En lo de Nelly’s me sentí con esa comodidad indescriptible de hogar, y ya sabemos, no hay lugar como el hogar.

Braca