Dia feriado y gris el de ayer, pasé gran parte de la tarde recordando mis noches en el Temple Bar. Dos simples palabras que no sólo dan nombre al barrio que concentra el mayor movimiento nocturno de Dublín, sino que también, le da nombre a uno de sus bares más famosos, The Temple Bar (47-48 Temple Bar, Dublin 2).
¿Qué puedo decir de este emblemático e historico lugar? Mucha información hay en su completa página, lo que yo puedo decir, es que es toda una experiencia entrar alli. Ya las calles empedradas presentan una atmosfera especial que invita a ser transitada de dia, pero especialmente de noche, donde el colorido de las luces y ornamentaciones auguran fiesta en cualquier epoca del año.
Tuve la suerte de visitarlo en mayo, epoca en la que no hace tanto frío ni tampoco tanto calor. Me llamó la atención lo enorme que es, los recovecos que presenta, el hermoso patio con luces navideñas (aunque no sea la época), los televisores estrategicamente situados en los salones para transmitir los musicos en el escenario, un eximio guitarrista, Dave Browne, acompañado de un par de cantantes haciendo covers de lo que te imagines, desde Adele, White Stripes, los locales – que me deben plata – U2 a The Beatles, entre otros, con intervalos de algun Dj transmitiendo Rock&Roll. El numerosisimo público acompaña a los artistas con sus pintas en la mano, cantando, pasando una excelente noche. Y de ahí a la barra, a cualquiera de las numerosas barras.
Las barras son especiales para mí, pero estas son sorprendentes, decoradas con el paso del tiempo y en 160 años claramente hay muchos recuerdos pegados en ellas. Con choperas que tienen destellante luz propia y no paran ni un minuto de descargar litros y litros de néctar divino.
Claramente, como no puede ser de otra forma en Irlanda, aquí adentro hay mas de 400 etiquetas de Whisky, Whiskey y Bourbon, para elegir… Cuando fuí no bebía Whisky, por lo que me quedan pendientes para el 2013 probar algunas opciones.
La primer noche tomé la Guinness Draught religiosa, también unas Heineken – en sus diferentes presentaciones, incluida la congelada – y por recomendacion de Denise probé la Smithwick’s Pale Ale… Ninguna pinta baja de 4 ó 5 euros y por supuesto aceptan tarjeta. Ese viernes termine yéndome cuando cerraba, a las 3am, hora en que todos los bares de Dublín cierran sus puertas.
La segunda noche que fui – mi ultima noche en Dublín – sólo bebí Guinness, invitada por un divertidisimo grupo de irlandeses jugadores de futbol gaélico. A pesar que más de uno estaba excedido en copas, me demostraron que la caballerosidad aun no se ha extinguido entre los hombres. Luego de un par de rondas, partimos para McGowans of Phibsboro (18 Phibsborough Rd, Phibsborough, Dublin 7), un bar a 10 minutos (en auto) del Temple, el cual tambien estaba lleno y se respiraba mucha localía. Qué buena noche!
Ninguna de las veces que fuí comi, por lo que el testeo del menú tambien quedará para otra ocasion futura. Tengo entendido que las ostras frescas son famosas aqui.
El Temple Bar es un bar muy muy turistico, sin duda la mayor cantidad de gente que concurre está de visita por la ciudad, pero ello no significa que no se encuentre aqui la auntenticidad irlandesa que tanto adoro. Se respira alegria, camaraderia, buena onda. La atencion de todo el personal es amabilisima, y a pesar de que por momentos no paran de despachar pedidos eso no impide que siempre brinden una sonrisa y un cálido Sláinte!
Ir a Dublín y no ir al Temple Bar es como no haber ido a Dublín. Puntaje: 4 ½ Bracas. Su nombre proviene de Sir William Temple, y a pesar que no se traduce como templo, es sin duda un templo del buen beber, del temple del buen anfitrion y una palpable muestra de la calidez irlandesa.
Braca
Algo Sibarita 