Potpourri Inglés Vol. I

En este post que dividiré en 2 volúmenes, quiero reseñar algunas anécdotas que fueron quedándome en el tintero. Como no me gusta compartirlas con tanto retraso voy a hacer un pequeño potpourri (o popurrí) de lugares a los que he ido y creo merecen un pequeño comentario antes de que termine este glorioso 2013…

Voy a ir por orden cronológico, tratando de ser breve así no los aburro tanto!

Galante (89 Sloane Avenue, SW3 3DX)

Antes de mudarme a Londres ya había escuchado bastante de este lugar, por lo que, estando aquí una noche me di una vuelta.

Es un lugar muy argento, es el bar de una conocida cadena de restaurantes argentinos que luego mencionaré. El menú fue creado por un gran y estimado bartender de mi pampas, Tato Giovanonni, por lo cual, se bebe muy bien.

Inspirado en Santiago Pichín Policastro, otro renombrado bartender argentino, es un bar con una decoración muy coqueta y de alta coctelería. Hasta el momento es uno de los lugares donde he bebido algunos de los mejores cócteles – a excepción de mi última visita – en Londres. La primera vez que fuí conocí a Wilfred, amable y divertido francés que me entretuvo con sus experiencias de vida en Laferrere. Esa noche, iba a pedir un Old Fashioned pero opté, a sugerencia de él por un Sazerac. Fue preparado, diría, artesanalmente y estaba exquisito.

En mi segunda visita, la llevé a mi hermana. Me pedí un Gin Martini con Hendricks, que estaba muy bien, pero me sirvió para convencerme de que Hendricks está muy lejos de ser mi Gin preferido. Mi hermana se pidió una Legui, sin duda la más cara que pagó en su vida. De paso, pedí algo para picotear, empanadas, o mejor dicho mini-empanadas, una de pato, otra de humita y dos de langosta. Muy ricas pero con gusto a poco como diría mi Padre.
Creo que corresponde aclarar que no es el bar mas barato de Londres, tampoco el más caro, pero para un de vez en cuando está bien. 

Tal vez la música no acompaña la calidad de los tragos, pero bueno, todo no se puede. Los baños están impecables, con un piso que brilla y música ambiente.

Mi última visita fue en noviembre. Un estimado amigo de Buenos Aires andaba por aquí y sugerí que podíamos ir. Coincidió que esa noche había una fiesta de cumpleaños con 60 personas invitadas, por lo que no pude/pudimos disfrutar de los cócteles y atención de Wilfred. Mientras lo esperaba, me pedí un Old Fashioned, la especialidad del bartender según él. Esta vez opté por Four Roses Bourbon. Muy bien.

Luego llegó mi amigo y debo decir que no me hicieron quedar muy bien. Demoramos en pedir ya que el bartender estaba bastante ocupado. Cuando pudimos, ordenamos un Pisco Sour y un Sazerac. Luego de un rato, el muchacho se acercó a preguntarnos nuevamente lo que habíamos pedido. Y finalmente cuando los tragos llegaron, el Pisco Sour no estaba mal, pero el Sazerac no era un Sazerac. Hasta el día de hoy no estoy segura que era, pero lo que si recuerdo era un vaso tipo Old Fashioned lleno de hielo picado. Estuve a punto de preguntarle al barman qué era mi trago, pero la verdad, las bebidas ya se habían hecho esperar tanto que opté por llamarme al silencio.

Olvidando esta última visita, es un lugar que da para ir, tal vez más adecuado para parejas – según mi hermana es un lugar de levante -, porque la luz ambiente me pareció estar más baja que de costumbre. 3 Bracas para Galante! 

The Pembroke (261 Old Brompton Road, SW5 9JA)

Este pub lo tengo a dos cuadras de casa y me encanta. Simplemente, es lindo. Delicados empapelados, paredes con ladrillo a vista, mucha madera, sillas y sillones de cuero, dos plantas, terraza, mesas en la vereda, LCD varios para el deporte, candelabros y arañas que iluminan, amplia barra, fotos en blanco y negro, pizarrones con menúes, higiénicos baños y buena música…. Me sorprendió escuchar un par de veces El Satánico Dr. Cadillac de Los Fabulosos Cadillacs. Gran sorpresa.

He ido al mediodía a ver a Juan Martín jugando Wimbledon y apostar con uno de los chicos del bar que si le ganaba a Novak  le iba a ganar la final a Murray (horrible en predicciones me fue). He ido a la tarde a disfrutar del sol en la terraza y terminar yéndome a la noche. He ido a la noche a mirar Homeland y The Good Wife sin que nadie me moleste mientras disfruto de unas pintas de Guinness. Voy seguido, sí. Y ahí, he comido el mejor sandwich de carne que he comido hasta ahora en mi estadía por estas tierras. 

Buen lugar para pasar un rato con amigos, pareja, familia, etc… Como es normal aquí, hay muchos clientes regulares (o locales) con los cuales de vez en cuando se puede entablar una conversación amena. 4½ Bracas para The Pembroke.

The Castle (100 Holland Park Avenue, W11 4UA), O’Neills (326 Earls Court Road, SW5 9BQ), The Copperfield (Gravesend Road, Shorne, Gravesend, DA12 3JW) & The Red Lion (14 Gloucester Street, Oxford, OX1 2BN)

Agrupé estos lugares en un mismo párrafo porque son todos pubs, los he frecuentado más de una vez y todos pertenecen a a la cadena Mitchells & Butlers, la misma de mi ex-pub The Devonshire Arms, por lo que, el menú es muy similar en todos, como así también la atención y decoración en general. No son iguales, simplemente parecidos: The Castle es muy lindo. Me quedó un gran recuerdo de este lugar de la segunda vez que fuí. Lo vi en carne y hueso a Stewart Copeland. Me quedé helada pero no me dió la cara para molestarlo y pedirle una foto o autógrafo mientras comía sus Fish & Chips. Hoy me arrepiento.

O’Neills es un pub estilo irlandés y me queda también muy cerca de casa, por lo que es otro living, donde pido una Guinness, a veces algo de comer – o no – y me siento tranquila a hacer mis cosas con Jarvis (mi MacBook). Es un pub de grandes dimensiones, donde se pueden ver también partidos deportivos varios.

The Copperfield es un pub situado en Gravesend  – aproximadamente a 40 minutos de tren -, donde trabaja una ex colega, por lo que fuimos a visitarla. A diferencia de los demás, dada la locación, la comida es muy muy barata en comparación con Londres. Esa vez, comimos 3 personas por el precio que comería 1 en la ciudad. El lugar es enorme también y súper familiero, con un enorme jardín al aire libre. Los sábados y domingos debe ser una locura y en verano hermoso para pasar una tarde entera. Un dato curioso de esta visita fue que, desde la estación de tren al pub, el boleto nos costó 4,10 libras, o sea, nos salió más caro que la comida.

Y por último, The Red Lion, fuí sólo una vez, ya que queda en Oxford. Es inmenso, muy familiar y agradable atención como es usual en estos espacios. Promedio para los tres: 3½ Bracas.

The Troubador (263-267 Old Brompton Road, SW5 9JA)

 

Este lugar es especial y tengo que volver, ya que no sólo está pegado a The Pembroke, sino que es un lugar hermoso y ligado 100% a la Música. Más que importante para mí. Y la atención fue súper amable.

No sólo es un café, es un restaurante, es una galería, un club, un bar de vinos, una vinería con vinos de todo el mundo y además podés alquilar un cuarto para quedarte a dormir. Bien, eh?

Sólo tomé un capuchino por la mañana, muy bien preparado – lo que no es habitual en los pubs en Londres -, pero tengo que volver a probar la fresca comida, escuchar alguna banda tocar en vivo, disfrutar del patio o degustar algún vino. Si, sí, volveré.

UPDATE / ACTUALIZACION – 03/03/14

Hace 4 días visite de nuevo este lugar para almorzar tardíamente alrededor de las 15hs. Sin ganas de cocinar en casa, quise tener una muestra de que tan bien se come. Consulte por mesa para almorzar y me dijeron donde guste. Pero primero, pasé por el baño que no conocía y la verdad me sorprendió lo comunitario del mismo, tanto que le saqué una foto.

Luego volví a la planta principal, me senté y un amable muchacho me comentó que cervezas tenían. Me quedé con la primera opción, una pilsner alemana. Me entregó el simpático y temático menú, que debo admitir, me pareció un poco elevado en los precios, por lo que opté nomás por unos Eggs Benedict (Huevos Benedictinos) con la opción de Smoked Salmon (Salmón Ahumado).

Serví mi Rothaus en una media pinta/jarra homónima congelada, mientras escuchaba al gerente despotricarle a la camarera los periódicos que compraba. Me puse a repasar las páginas del Daily Mail para matar el tiempoEn el ínterin un muchacho entró a dejar su CV y tras retirarse tuve que escuchar los no muy agradables comentarios de todo el staff al respecto.

Llegó mi almuerzo bien presentado. Dejé el diario a un costado sin dejar de leerlo y me dispuse a comer. En sabor estaban muy bien, equilibrados. Sin ser muy abundante, no puedo decir que me quedé con hambre. En eso estaba, cuando el gerente recibió su almuerzo, agarró el plato y no muy contento se fue a quejar a la cocina. Ya había empezado a caerme bastante mal.

Tras terminar mi plato, antes de acabar mi cerveza, pedí la cuenta – £16,31 con service charge incluido – y luego, esperar a que me cobraran. Tenía ganas de irme, me había cansado de escuchar al manager armando la rota de la semana. Mientras hablaban les entregué la tarjeta para poder retirarme.

Luego de esta segunda experiencia, creo que no volvería para comer, pero sí seguramente para alguno de los shows de música en vivo que suelen ofrecer…

Franco Manca  (Unit 4, Market Row, SW9 8LD)

Fines de julio me encontré con mi amiga Andrea, fuimos a un lugar sugerido por ella en Brixton, el Market Row. Llegué pasadas las 7pm y con una cuantiosa lluvia fui metiéndome por coloridas callecitas dentro del mercado. Fuimos primero a un pub, luego a otro lugar que no recuerdo el nombre pero si que se podía bailar. Dicho sea de paso, es muy gracioso ver a los europeos tratando de moverse al ritmo de la música. Pintó el hambre y volvimos al mercado para ver que podíamos cenar. Así llegamos a esta pizzería. Pedimos 3 pizzas diferentes y unas cervezas. Es accesible: gastamos 30 libras entre los 3. 

Interesante de este lugar que, es un solo local, pero uno está en frente del otro cruzando una calle interna del mercado. Me llamó la atención ese detalle. Con una decoración muy simple y cálida. Lindo lugar, descontracturado. En cuanto a la comida, mmmm, no puedo decir que es la mejor pizza que comí en mi vida. Todos probamos de las 3 pizzas, pero en particular la que yo pedí, estaba pasada de horno…  El baño pasable, pequeño.

Es un llamativo mercado para recorrer y probar de los otros puestos y restaurantes que se encuentran por ahí. 2½ Bracas para Franco. 

The Little French Restaurant (18 Hogarth Place, SW5 0QY)

Por este lugar pasaba todos los días cuando iba a trabajar a The Devonshire y siempre me llamó la atención lo accesible del precio para la zona en el que se encuentra. Ofrecen un menú de 3 pasos por 9,99 libras. En esta zona, un gol.

Siempre le tuve curiosidad y en agosto, aprovechando la visita de mis queridos amigos Carlita y Agustín, un sábado a la noche los llevé para comer algo más que sandwiches o McCombos. Y la verdad, comimos genial por casi 50 libras incluida una botella de vino tinto francés.

La atención tiende a que los platos salgan rápido y los comensales roten rápidamente. Es un lugar de dimensiones pequeñas y toda la decoración grita Francia a los cuatro vientos. El baño, en el piso de arriba, nada especial ni con demasiados cuidados.

Absolutamente recomendable para cenar o almorzar, sin tener la más cálida estructura, es una excelente opción en cuanto a la relación precio/calidad de los platos. 4 Bracas para The Little French! 

 UPDATE / ACTUALIZACION – 03/03/14

El 10 de febrero, en una tarde/noche sin ganas de cocinar, me decidí a volver y cenar por pocas mas de £9,95. La cocina como siempre, bien. Pero escribo este update porque no me fui contenta. Del 1 al 10, ¿Cuán desagradable es encontrar un pelo en la comida?

Bueno. En lo personal, odio hasta mi propio pelo cuando se me cae, simplemente no me gusta y me parece altamente desagradable. Imaginense, cual vomitivo puede llegar a ser, estar masticando un pedazo de pan y sentir esa sensación asquerosa y tener que sacarse un pelo – ajeno – de la boca. Hoy lo recuerdo y todavía me sorprendo de haber vomitado in situ, con perdón de mis lectores, pero me parece que es un detalle que debo contar. Llamé a la moza y le devolví el plato y le dije que había un pelo, me miro sorprendida y se retiró con el plato, el pan y el pelo. Jamás pidió disculpas. Luego me trajeron el plato principal que, claramente, no pude ni disfrutar. Cuando me acercaron el postre – incluido en el menú de 3 pasos que tampoco pude terminar – uno de los mozos me ofreció un café de cortesía para disculparse. No se que me indignó más, el pelo en sí o  que me ofrecieran solamente un café para subsanarlo. Pedí la cuenta, pagué y nunca más volveré. 

Continúa en el Vol. 2… Salud!

Braca

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