El miércoles pasado – que ya es bastante pasado, dado mi retraso con este post – terminé más temprano en mi bar. Aclaración: le voy a llamar «mi bar» al lugar donde trabajo, es más corto, más fácil y en parte, así lo siento. Es como decir, mi oficina, Uds. me entienden. Cuestión que el miércoles estaba de día libre. Anduve caminando por la bella Londres y a la tardecita, volviendo por Picadilly Circus, hice un segundo intento de ir a tomar un Old Fashioned al Ritz, pero tienen un – imaginable – code dress, por lo que con mis Converse rotas no podía entrar. Me fui prometiendo volver vistiendo tacos y seguí por Picadilly.
Más cerca de casa, recordé un restaurante de sushi, del cual ya había ojeado concienzudamente el lindo menú (hasta le saqué fotos) en otra tarde de ocio en el parque. Me recibieron con una gran sonrisa y amabilidad pero no tienen barra, la única gran mesa estaba casi repleta y cuentan con algunas mesas afuera pero el clima no acompañaba. También, prometí volver en otra ocasión.
Fue así como seguí caminando, ya con bastante hambre y frustración, hasta que casi llegando a casa decidí entrar a un restaurante por el que paso siempre. Vi la barra vacía y encaré nomas.
Balans, es un lugar con una decoración bastante minimalista, colores que contrastan y combinan perfecto, como el negro, rojo y blanco, mesas que comparten un largo sillón de cuero empotrado en la pared, un espejo igual de largo, lámparas rojas, flores, una pequeña barra donde me senté y más mesas con vista a la calle. El baño esta en buenas condiciones bajando las escaleras, hay que andar con cuidado de no seguir derecho hacia la cocina.
No sabía si pedirme un Old Fashioned, no lo vi en la interesante carta de tragos y dudé. Por lo que me fijé en los vinos, habiendo una alternativa argentina elegí el Malbec Argento. Lo sentí un poco ácido y muy amablemente ofrecieron servirme otra copa de una botella que abrieron en el momento.
Revisé la carta y tardé un poco en decidirme, por una parte porque no sabía que comer, y por otra mi inglés, que a veces no reconoce ciertos términos culinarios, lo cual hace que tenga que leer varias veces la carta y en algunas ocasiones, tener ciertas sorpresas cuando llega la comida. Finalmente, después de leer las ensaladas, sándwichs, entradas varias, algo de comida árabe, en esto de «comer afuera lo que no se come en casa», leí Sea Bass Fillet, Crushed New Potatoes, Spinach and Chive Butter Sauce (Filete de lubina/corvina, papas trituradas, espinacas y salsa mantequilla de cebollino) y fui por el pescado nomás.
El servicio fue muy bueno, aunque mientras leía el menú me sentí un poco atosigada porque 3 personas distintas me preguntaron que iba a beber y comer y sólo llevaba un par de minutos sentada pensando. Estaba bastante vacío el lugar, probablemente eso colaboraba con la excesiva atención.
El filete no demoró mucho. En presentación estaba impecable. En textura, crocante y suave. En sabor, muy rico salvo por el exceso de sal. Vi las hojitas de coriandro que en ese momento no sabía reconocerlas y las probé, puacala! Se las saqué al toque. Las papas nada del otro mundo y la espinaca tampoco, era espinaca hervida nomas. La salsa, si estaba muy rica, por lo que empapé las papas y adentro.
Me preguntaron 2 veces como estaba todo, muy bien. A uno de los mozos sólo atiné a hacerle un pulgar para arriba, ya que tenia la boca llena. ¿Por qué será qué siempre te preguntan algo cuando no podés abrir la boca para responder?…
Luego de terminar mi plato, me quedaba vino en la copa y comencé a charlar con la amable bartender, proveniente de Polonia. Estoy comenzando a notar que los polacos me cae muy bien. Lo cual es totalmente opuesto a lo que me pasa con los franceses. Pero bueno, esa es otra historia.
De la carta de postres me tentó el Baked New York Cheesecake, pero era un exceso. Además estaba entre pedir el Old Fashioned o el postre. Al final, ni uno ni lo otro. Luego de entrar en confianza con la polaca me dijo que conocía el trago, pero no el método de preparación, a lo cual le respondí que ya había visto al menos una docena de formas distintas de prepararlo. Depende mucho del bartender, pero quedamos que para la próxima lo hacíamos juntas.
Pedí la cuenta, que ascendió a £26.16. En este caso, incluyeron un 12,5% de service charge (servicio de mesa) cuando en realidad me senté en la barra y no correspondería pagarlo, pero lo agregaron como gratuity (propina) por lo que, no me rehusé a abonarlo. Sin embargo es justo que sepan que, si Uds. no quieren pagar el servicio de mesa pueden negarse a abonarlo, ya que es optativo. Por supuesto, generalmente todos los clientes lo pagan porque han recibido dicho servicio, sin embargo, no es obligatorio… Aunque claramente, nadie te va a decir eso. 3 Bracas para el Balans.
Luego de terminar mi copa y saludar, me fui silbando bajito. La noche estaba fresca pero agradable, anticipando el verano que finalmente, ha llegado, Salud!
Braca