No para de llover, pareciera que el clima no tuviera otra opción por estos días. Poco inspirador para el trabajo, recordé el martes pasado un lugar al que ya he ido en varias ocasiones. La primera, de casualidad hace ya bastante tiempo con mi cuasi-cuñado Pablo, otra con un par de amigas Pame y Flor y la última más reciente, repetimos con Pame.
Oasis (Av. Callao 1176) no es solamente una disuelta banda de Manchester, sino también este bar donde tranquilamente te podés sentar en las mesas de la vereda, en las mesas del salón, en los sillones del entrepiso o donde siempre me he sentado, en la barra. Temperatura aire acondicionado, ideal para los 30 grados – o más – de sensación térmica que muchas veces asolean la ciudad.
Siempre he recalado aquí de noche para cervezas tardías y al contar con una de mis preferidas, Heineken (de litro) siempre es una excelente opción por la zona. La barra es decente, para tragos simples, aunque acá siempre tomé lo mismo: cerveza bien fría.
Sólo comimos unas Papas Oasis, que consisten en papas fritas con panceta, queso gratinado y cebolla de verdeo picada. No estaban crocantes, pero zafaban… El resto del menú incluye pizzetas, sándwiches, etc., es decir, si estoy con mucho hambre o aires gourmet no es una alternativa para mí, pero para algo tranquilo sí.
Luego de una larga charla, liquidar las papas y matar rápidamente la botella verde pedimos la cuenta – $70 – que ésta vez, valga la redundancia, no corrió por mi cuenta.
2 ½ Bracas. En mi modesta opinión, es una genial opción para tomar buena cerveza acompañada de alguna cazuelita de maní o palitos y muy buena música (Suena Rock Nacional como Internacional del bueno). Además el bartender siempre es muy amable. Suficientes ingredientes para volver y considerar este lugar un verdadero oasis que siempre le da la bienvenida a los beduinos que transitan por la nunca desierta Avenida Callao.
Braca